Los Diez Mandamientos no proceden de la voluntad arbitraria de un dios que ostenta su poder.
Más bien, en los diez mandamientos Dios nos dirige su palabra que conduce hacia la libertad.
Las diez palabras, que Él anunció a su pueblo en el Sinaí, están repletas de sabiduría.
En una época de tantos mensajes vacíos, necesitamos palabras que iluminen, palabras que nos orientan con claridad hacia una vida plena. Notamos que ya no vale el capricho, que el “todo vale” ha dejado de estar vigente. No lleva a la vida, sino a la arbitrariedad.
Y la arbitrariedad es la muerte del amor.
Las palabras que nos dio Dios, en los diez mandamientos, protegen nuestra vida y nuestro amor y crean las condiciones para una vida humana feliz y una verdadera armonía entre las personas.
Anselm Grün.
No hay comentarios:
Publicar un comentario