domingo, 11 de julio de 2010

¡ Comamos la VIDA !


San Agustín
Sermón 229

Cuando se come a Cristo se come la vida.
No es que se lo mata para luego comerlo, sino que él da la vida a los muertos. Cuando se lo come da fuerzas, sin él debilitarse.
No tengamos miedo de comer este pan pensando en que tal vez se pueda terminar y después no encontremos qué tomar.

¡Qué Cristo sea comido; cuando es comido vive, puesto que muerto resucitó!

No se lo parte en trozos cuando lo comemos.
Así acontece en el sacramento, los fieles ya saben cómo comen la carne de Cristo: cada uno recibe su parte (…).
Se la come en porciones, pero permanece todo entero; en el sacramento se lo come en porciones, y permanece todo entero en el cielo, todo entero en tu corazón. (…)

Comamos tranquilos el cuerpo de Cristo que no desaparece lo que comemos; comámoslo para no desaparecer nosotros.

¿En qué consiste comer a Cristo?
No consiste solamente en comer su cuerpo en el sacramento; muchos lo reciben indignamente y a ellos dice el Apóstol: Quien come el pan y bebe el cáliz del Señor indignamente, come y bebe su condenación .

Pero ¿cómo ha de ser comido Cristo?
Como él mismo lo indica: Quien come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él . Entonces, si él permanece en mí y yo en él, es entonces cuando me come y bebe; quien, en cambio, no permanece en mí ni yo en él, aunque reciba el sacramento, lo que consigue es un gran tormento”

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