lunes, 5 de julio de 2010

Tres normas para predicar




El diario de la Santa Sede se ha hecho eco de la publicación de un manuscrito del Papa Pablo VI, fechado en 1969, publicado a su vez por “Noticiario” del Instituto Bresciano.
Se trata de unos apuntes del Papa con tres reglas de oro para la predicación, todo un tesoro de sabiduría de la inteligencia y del corazón que pueden ser bien útiles.
Este es el texto traducido:

“Para la predicación es necesario:

1.- REZAR: Es decir, una preparación interior de fe, de hacer hacia Dios, de invocación humilde, muy humilde y confiada en la asistencia del Espíritu Santo, “sermonem dictans gutturi”.

2.- ESTUDIAR: Es decir, saber bien de lo que se debe hablar; estudiar la Palabra de Dios y su interpretación teológica ortodoxa; estudiar las cuestiones humanas a las que se refiera predicación, que no de debe ser empírica, aproximativa, impresionista y superficial, sino sencilla y llana.

3.- AMAR. Es necesario tener en la voluntad un verdadero interés por el bien de aquellos a quienes se habla, una simpatía, un afecto, una amor hacia quienes van a escuchar la predicación”.

Aplíquese esto al orden de la Palabra en la Iglesia.

Quien por el ministerio sacerdotal ha de predicar: rezar, estudiar, amar.

Quien recibe el encargo de educar mediante la catequesis: rezar, estudiar, amar.

Quien pronuncia un curso de formación cristiana: rezar, estudiar, amar.

Porque si falla el rezar, pronunciaremos palabras que pueden estar vacías o repetirlas sin vida ni fuerza.

Porque si falla el estudiar, no se profundizará ni se dará razón de nuestra fe y esperanza, y sin solidez en la doctrina, poco se transmite.

Porque si falla el amar, no buscaremos el bien del otro sino cumplir una función encomendada y acabar cuanto antes y no encomendaremos a las personas a las que tenemos que formar.

Orar, estudiar, amar:
¡qué fina pedagogía!

No hay comentarios: