sábado, 10 de julio de 2010

No nos apresuremos a condenar

“No nos apresuremos a suponer que nuestro enemigo es un salvaje
sólo porque es nuestro enemigo.
Quizá sea nuestro enemigo porque piensa que somos salvajes.
O posiblemente tenga miedo de nosotros

porque siente que tenemos miedo de él.
Y tal vez, si creyera que somos capaces de amarlo,
dejaría de ser nuestro enemigo.
No nos apresuremos a suponer que nuestro enemigo
es un enemigo de Dios sólo porque es nuestro enemigo.
Quizá sea nuestro enemigo precisamente porque no es capaz de ver en nosotros nada que dé gloria a Dios.

Tal vez tenga miedo de nosotros porque no puede encontrar en nosotros
nada del amor de Dios, de Su bondad, de Su paciencia,
de Su misericordia y Su comprensión de las debilidades humanas.
No nos apresuremos a condenar a la persona que ya no cree en Dios,

ya que quizá sea nuestra frialdad y avaricia,
nuestra mediocridad y materialismo, lo que ha matado su fe”.

Thomas Merton
"Nuevas semillas de contemplación"

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